Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2017

Cuatro artistas gallegos que contribuyeron positivamente en cada época a poner el arte de Galicia en la senda nacional e internacional.

Cuatro artistas gallegos que contribuyeron positivamente en cada época a poner el arte de Galicia en la senda nacional e internacional. Antonio de Puga.  Fernando Álvarez de Sotomayor. Maruja Mallo. Diego de Giráldez.   

Diego de Giráldez

Diego de Giráldez Manuel Diego Gómez de Giráldez, más conocido como  Diego de Giráldez , este vigués de adopción, enamorado de las Rías Baixas y Pontevedra, que allá por donde va presume de Vigo, A Cañiza y de Galicia , posiblemente sea uno de los mejores artistas que dio España en los últimos años . Es un pintor, escultor, dibujante, anatomista y escritor gallego/español, artista universal, multidisciplinar, vinculado al realismo y creador del movimiento “Realismo NAS” , cuya figura va agrandándose con el tiempo hasta estar entre los más destacados artistas contemporáneos vivos . Nacido en el seno de una familia pequeño burguesa, en A Cañiza (Pontevedra), el 8 de Marzo de 1956 y vigués de adopción desde 1964 . Siendo muy joven se traslada con su familia a Vigo donde compagina sus estudios, debido a su gran talento artístico, con los de dibujo y pintura en la  Escuela de Artes y Oficios  de la cuidad, luego continua estudios en Cataluña:  Olot, Gerona y Barcelona , además,

Tino Grandío

Constantino Grandío López  (Lousada, Lugo       1924 - Lugo        1977) Inició los estudios de Filosofía y Letras en Santiago de Compostela, pero pronto prestó mayor atención a la música, llegando a ser un virtuoso del órgano y la gaita gallega.A los diecisiete años llegó a Madrid y se integró en la vida artística de la capital. Sus dotes artísticas fueron descubiertas en 1940 por su primo Antonio López Fernández, y la Diputación de Lugo lo pensionó para que ampliase estudios. Realizó su primera exposición en Madrid en el año 1957, y posteriormente en Barcelona, París, Nueva York, Lausana, Munich y Alenjandría, en cuya Bienal obtuvo una mención honorífica en 1965.  En toda su obra Grandío es arquitectónicamente sólido, aún en las ocasiones en las que parece ser más espontáneo y confiar más en la comunicación entre pintor y espectador a través del proceso realización-contemplación de la obra. Su paleta pasa de una época de predominio de tierras y ocres, que lo vinculan